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miércoles, 1 de noviembre de 2017

ASPECTOS FORMALES Y MATERIALES DE LA MOTRICIDAD (CINESTESIA) 2.1.-CONSIDERACIONES INICIALES La conducta humana es el resultado de múltiples procesos interactuantes entre sí, procedentes de las distintas áreas: intelectual, afectiva, morfológica y humoral, proyectadas hacia su interacción desde un patrimonio heredado. Esto es lo que Pende llama personalidad.87 La personalidad –dice Pende- la concibo como «una pirámide rectangular, cuya base encierra la genética del biotipo, es decir, el patrimonio, hereditario y condicional al mismo tiempo, de todos los caracteres, potenciales y concretos, que se agrupan en los cuatro aspectos con los cuales se presenta el estudio de la individualidad viviente, o sea, el aspecto morfológico o individualidad morfológica, el aspecto humoral funcional o individualidad fisiológica, el aspecto moral o individualidad ética y afectiva-volitiva, y el aspecto intelectual o individualidad intelectual». Una pirámide rectangular ha sido el símbolo que Pende ha utilizado para representar toda su concepción tipológica. (…) «Nada mejor que una imagen de cuatro caras elevándose sobre su misma base y unidas una con la otra por los lados, confluyendo todas en un solo vértice, en una única resultante vital, puede reproducir nuestra concepción unitaria y correlacionística del individuo y el procedimiento racional para el estudio del mismo». La base hereditaria. Es la mirada retrospectiva del biotipo: pasado racial, familiar, individual; es decir, «herencia y ambiente en continua e indisoluble correlación de influencias plasmadoras de la arquitectura y del dinamismo físico-psíquico del biotipo». El método más sencillo, desde el punto de vista pedagógico, para recoger los informes pertinentes, es hacer una ficha anamnésica lo más completa posible de los datos familiares e individuales de cada alumno. Aspecto morfológico. Orientado por Viola, Pende presenta el aspecto morfológico o habitus del individuo, constituido por tres elementos. a).- Las proporciones del cuerpo, consideradas en relación con los valores medios: Normolíneo, longilíneo y brevilíneo. b).-La masa del cuerpo, con la cual se verifica análogamente estas tres divisiones: mediosómico; megalosómico o hipersómico; microsómico o hiposómico. c).-El tono corporal, con relación a la debilidad o robustez somática y a la menor o mayor capacidad funcional de los sistemas circulatorio y respiratorio: hiposténicos y asténicos. Aspecto dinámico-humoral. Es la resultante de la actividad de las diferentes glándulas endocrinas y el comportamiento del sistema neurovegetativo, constituido por el sistema nervioso del simpático y del parasimpático: hipoclínicos e hiperclínicos. Aspecto moral o caracterológico. El carácter, para Pende, engloba los aspectos afectivo y volitivo, el cual tiene que ser estudiado y comprendido con una orientación única psicofisiológica. Se distinguen en él dos grupos: El carácter profundo, biológico, que constituye el genotipo psíquico. Lo da el «yo profundo», que es fijo y permanece siempre en estado potencial, pero «dispuesto a saltar y salir a la superficie desde las profundidades da la subconsciencia en determinadas circunstancias provocadas»; es el que constituye la «personalidad moral originaria biológica».88 El carácter aparente social, que constituye el fenotipo psíquico, representa el «yo variable», «modelado por la educación y por las acciones continuas modificadoras del ambiente humano y cósmico».89 Aspecto intelectual. Bajo este aspecto, Pende propone el estudio de la inteligencia y de sus mecanismos, entendiendo por inteligencia: «la capacidad de una adecuada y rápida adaptación activa a situaciones nuevas, según finalidades implícitas o explícitas».90 El perfil del biotipo que Pende llama «mecanismos de la inteligencia», está trazado por el conjunto de funciones como: la atención, la memoria, la concentración, la imaginación, la inteligencia concreta, la inteligencia abstracta, la facultad inventiva o creadora, el pensamiento estético, el pensamiento analítico, la intuición, etc. Fundándose en la forma de pensamiento dominante, Pende distingue dos biotipos psicológicos fundamentales: El biotipo taquipsíquico, representado por los sujetos de mentalidad rápida y, ordinariamente, intuitiva y sintética. Los procesos psíquicos de pensar, sentir, querer obrar, hablar, se suceden con gran rapidez. Esto sucede en los individuos de temperamento hipertiroideo e hipersuprarrenal medular.91 A nivel conductual, los taquipsíquicos aparecen más bien como inestables, incoherentes y superficiales; son emotivos, sugestionables pasionales, poco capaces del control sobre sí mismos. Son tipos extrovertidos, sumergidos completamente en la realidad exterior y concreta, expansivos, exuberantes, desenvueltos y dotados de gran movilidad de gestos, de expresión y de movimiento.92 El biotipo bradipsíquico, de mentalidad lenta, reflexiva, ordinariamente lógica, analítica. En general, este tipo se encuentra entre los individuos de temperamento hipotiroideo, hiposuprarrenal cortical, hiperparatiroideo. El adolescente bradipsíquico, en general, suele sobresalir más en las ciencias abstractas, como por ejemplo, en las matemáticas, en la filosofía y en todas aquellas materias que requieren un trabajo paciente de análisis y reflexión. Conductualmente, los bradipsíquicos son poco vivaces, poco brillantes, introvertidos, poco sugestionables, tenaces y volitivos. En estos tipos la razón predomina sobre el corazón. El vértice de la pirámide: el biotipo. El conjunto de aspectos que pueden encontrarse en el individuo, y que constituyen las caras de la pirámide y su base, contribuyen a presentar, en una visión sintética y verdaderamente totalitaria, el biotipo humano visto en la concreción de su vida. He aquí, a título de ejemplo, algunas deducciones que, según el mismo Pende, pueden obtenerse de tal estudio: 1. La resistencia vital general del sujeto. 2. Las características musculares dominantes. 3. Las aptitudes para el trabajo manual. 4. Las aptitudes intelectuales. 5. El perfil escolar o profesional. 6. El valor económico del individuo, en relación con su capacidad productiva, en la sociedad. 7. El valor social del individuo. «No obstante, se comprende, -observa prudentemente- que estos juicios sintéticos, como todo juicio humano, no siempre pueden ser objetivos y seguros, y requieren un examen prolongado del sujeto en cuestión».96 Así pues, podemos decir, que la personalidad se hace realidad en función de un único valor psíquico-corporal, por medio de mecanismos de interrelación consigo mismo (propioceptividad) y con el medio (exteroceptividad), a través de estrategias expresivas o comunicativas, bien con uno mismo, con el entorno, con las cosas o con los demás. Estas estrategias expresivas-comunicativas, se hacen realidad por medio de tres grandes capacidades: volitiva (querer hacer), cognitiva (saber hacer), y de acción o conducta (poder hacer). El modificar o transformar el comportamiento implica introducir cambios motríceos en las fases de formación o desarrollo del yo corporal. Ajuriaguerra afirma que «el cuerpo y sus capacidades se constituyen antes del nacimiento, pero la noción de su existencia no nace con él». Se hace necesario la acción o conducta motrícea que haga desencadernar desde el descubrimiento (percepción) la toma de conciencia (estructura). La mayor parte de la responsabilidad de este descubrimiento concienciado encuentra sentido en la operatividad del esquema corporal. Antes de estudiar este concepto, conviene aclarar convenientemente las áreas que componen la estructura motriz. A saber: Psicofuncional, tónica y relacional. 1. El área psicofuncional, es aquella en la cual se estimulan los potenciales de la inteligencia: las capacidades psíquicas, y las coordinaciones perceptivo-motríceas, por las cuales se manifiesta la acción. Fundamentalmente se refiere a la organización y percepción espacial, atención, percepción visual y auditiva, memoria visual, así como a la memoria motrícea, percepción temporal, conducta adaptativa y, en los últimos niveles, el razonamiento progresivo. 2. El área tónica, abarca todos los procesos que intervienen en una correcta regulación del tono muscular y que van a determinar y posibilitar una postura, una actitud o la motricidad en sí. Los tres resultados estarán condicionados por el equilibrio que, a su vez, dependerá también del tono muscular, así como de su control. Igualmente, la correcta utilización del tono muscular se manifestará en aspectos tales como la estabilidad de la conducta y la atención, por medio del control de los mecanismos de inhibición que permiten guardar silencio, escuchar o mantener una postura. La educación tónica deberá tener en cuenta las siguientes premisas: a).-Regulación del tono muscular, tanto mediante la contracción como de la capacidad de relajación. b).-Control del equilibrio estático y dinámico. c).-Formación de la expresividad y del repertorio gestual de la comunicación no verbal. 3. El área relacional, se refiere a dos campos: a).-La movilidad corporal (coordinación dinámico-general). b).-La movilidad visomotrícea (coordinación dinámico-manual y dinámico-pédica). Esta estructura genera el esquema corporal, al mismo tiempo que el estado de desarrollo de éste, así como su funcionamiento, genera la conciencia corporal. «La toma de conciencia de sí mismo no debe confundirse con la imagen de sí mismo. Hemos podido comprobar que su único punto común es el paralelismo de su progresión. Mientras que la toma de conciencia de sí mismo se concreta cada vez más en una sensación tan inconfundible como indivisible. La imagen de sí mismo se construye del mismo modo que las demás estructuras mentales, por la asociación de elementos cada vez más coordinados y complejos». (…) Designamos a la toma de conciencia de sí mismo con el término de esquema interoceptivo.97 De este esquema interoceptivo emanan las proyecciones dinámicas de nuestra vida de relaciones, motrices o mentales. Estas proyecciones, que obedecen a leyes precisas, en relación con la maduración del esquema interoceptivo, componen los que llamamos esquemas exteroceptivos.98 La «imagen de sí mismo» se construye tomando las construcciones representativas de los esquemas exteroceptivos. En toda esta organización, el esquema corporal (imagen de sí mismo) sólo es instrumento de relación de modo transitorio; esta imagen permanece disponible, pero no constantemente presente, como cualquier objeto de pensamiento. Su carácter peculiar consiste en que se modifica y perfecciona al irse modificando y perfeccionando las posibilidades de las construcciones operativas de los esquemas exteroceptivos. En realidad, esta transformación del esquema corporal sólo es el resultado lógico de la transformación de las estructuras mentales. El esquema corporal es la traducción de una estructura que ha agrupado y coordinado todos los elementos que poseía; por consiguiente, esta estructura se compone de partes de la imagen corporal que el individuo puede representarse. Le resulta imposible agrupar en esta imagen más partes que elementos le sea posible agrupar en cualquier otra estructura mental… El término de conciencia corporal está asociado a otras muchas acepciones tales como el «yo», el «yo corporal», la «imagen corporal», o el mismo «esquema corporal». Schilder denomina «esquema corporal» a lo que Heard llama «esquema postural». Wapner lo nombra como «imagen del cuerpo», «modelo del cuerpo», «imagen de sí» o «percepto del cuerpo». El término «imagen corporal» será el más usado en la escuela psicoanalista, donde muchos autores utilizan este concepto para explicar las etapas de la organización del yo. Schilder99 considera la «imagen del cuerpo» como la imagen del propio cuerpo que formamos en el espíritu o la forma que el propio cuerpo se nos aparece ante nosotros mismos. Esta imagen estaría integrada por tres aspectos: fundamentos fisiológicos, estructura libidinal y cualidad social. Frosting y Maslow, al proponer el término «conciencia corporal», intentan recuperar la diversificación taxonómica distinguiendo tres funciones: • La imagen corporal o suma de todas las sensaciones y sentimientos que conciernen al cuerpo (perspectiva topográfica). • El esquema corporal o adaptación de los segmentos corporales y la tensión o relajación muscular necesarias para mantener la postura que, para Le Boulch,100 será la intuición global de nuestro cuerpo, de sus partes y de sus funciones (perspectiva topológica). • El concepto corporal o conocimiento fáctico del cuerpo condicionado a la información que sobre nuestro propio cuerpo poseemos (saber que tenemos dos ojos, dos hombros que unen los brazos al cuerpo, etc.). Su desarrollo será condicionado, sobre todo, a la información que se proporcione al niño de su propio cuerpo (perspectiva social). Este «yo corporal», o el propio «esquema corporal», será la primera referencia y el centro de todas las relaciones con los demás, con los objetos y, en general, con el no yo. Desde esta acepción de nosotros mismos y de nuestras posibilidades de actuación, nos ubicamos en el espacio y diseñamos los patrones de conducta que creemos más eficaces para la relación con el medio y con aquello que en él se encuentra. El esquema corporal no es algo definido de antemano, sino que irá surgiendo diferente, cada vez, en la medida que van apareciendo factores nuevos: desarrollo físico, intelectual, afectivo, social; en definitiva experiencia que nos modela diferentes; otros nuevos, construidos sobre lo anterior de nuestro ser vivido. Por tanto, de acuerdo con Wallon,101 el esquema corporal ha de entenderse no como un dato terminal o como una aptitud biológica, sino como «el resultado de una relación ajustada entre el individuo y su medio, convirtiéndose en elemento indispensable para la construcción de la personalidad» (perspectiva ecológica). Será pues el esquema corporal la referencia para codificar, ordenar y entender el mundo, así como el determinante de la disponibilidad de que cada organismo es capaz, tanto para el dueño del patrón de conducta como, también, para su realización y la experiencia que él mismo recibe como información de retorno de él mismo en el «espejo» que es la realidad sobre la que actúa. La aceptación de estos planteamientos infiere la certeza de que existe una identidad entre las funciones neuromotrices y las funciones psíquicas. Ambas funciones serían sólo dos formas de lo que en realidad es un proceso único. Para H. Wallon, J. Piaget o A. Gessell,102 «en el transcurso de la primera infancia la motricidad y el psiquismo están íntimamente confundidos y son los dos aspectos indisociables del funcionamiento de una misma organización». Por tanto, el desarrollo de las complejas capacidades mentales (análisis, síntesis, abstracción, simbolización, etc.) sólo se lograría a partir del conocimiento y control de la propia actividad corporal, de la correcta estructuración y asimilación, por parte del niño, del llamado esquema corporal, de la inicial y más elemental diferenciación entre el yo y el no yo. YO NO YO ESQUEMA CORPORAL ESPEJO REALIDAD SOBRE LA QUE ACTÚA Disponibilidad orgánica DENTRO CODIFICAR FUERA ORDENAR ENTENDER MUNDO «Le Boulch y Wallon mantienen la relación organismo-mundo como principal motivación del esquema corporal. Su aportación nos muestra una referencia más explícita hacia el propio cuerpo, concibiendo el esquema corporal, precisamente como un esquema, o como una idealización de la realidad compleja. Esta esquematización, en opinión de Le Boulch, será lo que nos permita la comprensión del funcionamiento de algo tan complejo como “lo corporal”».103 Coordinación motriz MUNDO yo Control postural Equilibrio postural Evaluación de la respiración Conocimiento del propio cuerpo J. Coste afirma que el esquema corporal «corresponde a la organización psicomotriz global, comprendiendo todos los mecanismos y procesos de los niveles motores tónicos, perceptivos y sensoriales, expresivos (verbales y no verbales), procesos en los cuales y por los cuales, el nivel afectivo está constantemente investido». «Por tanto, el esquema corporal es el resultado de un aprendizaje en el que las experiencias juegan un papel fundamental y en el que el individuo va tomando conciencia a lo largo de su evolución. Es la forma de relacionarse con el medio con sus propias posibilidades».104 Estructuración espacio-temporal GRÁFICO ADAPTADO DE ESQUEMA CORPORAL. MESTRE, AÑÓ, CAMPOS, FERRIOL, PASCUAL. (1) No es extraño que expresiones como «esquema corporal», «imagen corporal» y «esquema postural», posean significados muy cercanos o a veces idénticos, en función de la escuela psicológica que los emplee y según la importancia que otorguen a aspectos motrices, sensoriales, o a los procesos psíquicos inconscientes.105 Nosotros nos movemos en el campo de la actividad física como elemento educativo, medio pedagógico, para modificar o mejor, desarrollar la personalidad del niño. Desde este paradigma creemos prudente interpretar el esquema corporal como «la interrelación constante y permanente de todos los elementos precisos que configuran la estructura motriz del niño, en función de este o aquel objetivo pedagógico definido: incidencias sobre el medio a través de cambios producidos en la propia personalidad del niño; producto, también, de esa relación con el medio». Pero es a partir de la noción de cinestesia106 como el esquema corporal comienza su desarrollo conceptual. Fue con Bonnier (1.833) con quien aparece la idea de una representación topográfica del cuerpo y el primer esquema. (…) Esta especie de representación se carga de un carácter aún más especial con Pick (1.908), quien propone la noción de «imagen espacial del cuerpo», estableciendo una relación entre las sensaciones percibidas en el cuerpo y las representaciones visuales de éste, relación que permite aproximarse a la localización de los estímulos. La imagen espacial favorece la orientación del propio cuerpo en el espacio. Finalmente, desde el ámbito neurológico merecen describirse los aportes de Head, quien introduce la noción del «esquema postural», que más tarde desarrolla Schilder, y que ha sido el origen del concepto de «esquema corporal».107 Coordinación motriz Estructuración Espacio-temporal Esquema corporal mundo yo GRÁFICO ADAPTADO DE ESQUEMA CORPORAL. MESTRE, AÑO, CAMPOS, FERRIOL, PASCUAL. (2) A la noción de «imagen corporal», Head incorpora la dimensión temporal, convirtiendo el esquema corporal en una realidad dinámica y plástica en constante elaboración ante las aportaciones de las aferencias del sistema sensorio-interoceptivo y las eferencias del sensorio-propioceptivo. Head distingue, desde este planteamiento, tres tipos de esquemas corporales: a).-Los que aseguran la apreciación del tono postural y la posición de los distintos segmentos corporales en el espacio (topográfico-analítico-propioceptivo). b).-Los que describen la superficie del cuerpo asegurándose la localización de estímulos periféricos (topográfico-analítico-exteroceptivo). c).-Los esquemas temporales que aseguran el intervalo temporal en los distintos estímulos percibidos. El esquema temporal de Head se constituye desde una imagen tridimensional de nuestros cuerpos (topológico-sintético-globalizado). GRÁFICO ADAPTADO DE ESQUEMA CORPORAL. MESTRE, AÑO, CAMPOS, FERRIOL, PASCUAL. (3) Schilder añade, a los datos neurofisiológicos de Head, la visión propia del psicoanálisis, ofreciendo un enfoque global del cuerpo concebido como entidad fisiológica y psicológica indivisible. Para este autor, la imagen del cuerpo se corresponde con el desarrollo de la estructura libidinal que se elabora en torno a las distintas zonas erógenas, de tal forma, el esquema corporal cobra un valor relacional muy importante. Todos estos procesos de la acción o de la conducta motriz estarán refrendados por la Gestalt corporal. A través de esta confrontación se construye el esquema corporal mediante la integración de elementos de la realidad, constantemente renovados, en el nivel de la actividad psíquica. Este autor y Freud coinciden en que la representación que hacemos de nuestro cuerpo no tiene demasiados puntos en común con lo que sería una objetiva descomposición anatómica. La imagen de nuestro cuerpo, según Schilder, es el resultado de la experiencia vivida a través de las relaciones y de la comunicación con nuestro entorno.108 Para Freud, el cuerpo es el origen de todas las pulsiones o la expresión de las necesidades vitales y orgánicas nutrición, sexualidad, descanso, etc…). También el cuerpo es el lugar donde se inscribirán las experiencias del placer ligadas a la satisfacción de estas necesidades (la boca es el lugar donde el niño siente el displacer del hambre o el placer de su satisfacción). Independientemente de que una estructura topológica determina, a lo largo de la evolución del niño, distintas zonas erógenas en función de cada edad (primero es la zona: necesidades alimenticias; luego la zona anal: aspectos edípicos y de socialización; posteriormente la zona genital: necesidades sexuales como refuerzo a las pulsiones reproductoras). Pero lo que realmente advierte el psicoanálisis es que cualquier parte del cuerpo puede convertirse en una zona erógena (piel, musculatura), hallándose erotismo en el movimiento y en la distensión. Desde esta realidad, se diferencia claramente la sexualidad como mecanismo reproductor y la sexualidad como fuente de placer. Nos resta solamente interpretar el esquema corporal desde sus variables diferenciadas: .-Interpretado como condición, nos sitúa en su estructura motriz; necesidad básica que posibilita la relación entre el organismo y su medio (variable genética). Un esquema corporal mal estructurado limitará esta relación hasta niveles poco eficaces desde el punto de vista adaptativo. .-Entendido como producto, nos sitúa en su interactividad con el medio. Cómo éste interviene de forma determinante en el resultado (variable pedagógica). Una funcionalidad desordenada pedagógicamente provoca un mal desarrollo y estructuración del esquema corporal. .-Requerido como conjunto de automatismos, asegura una cierta motricidad (variable instintiva o no concienciada). Imprescindible para el modelado de las coordinaciones, desde estímulos psicofuncionales. .-Posibilitado como inhibidor y controlador de esos automatismos por la actividad voluntaria y corticalizada (variable personal o concienciada). Automatismos surgidos desde la acción o conducta inteligente; motricidad intencionada para el acabado preciso de las tareas encomendadas. Como complemento, desde su valor integrativo, referenciar la interrelación de las diferentes conductas motrices,109 propuestas por Picq y Vayer, a través del gráfico tomado de Camps Llauradó. YO MEDIO LOS OTROS 2.2.-ESTRUCTURACIÓN Y ELABORACIÓN DEL ESQUEMA CORPORAL Como ya hemos apuntado, el esquema corporal no es un mecanismo, sino una función con base en un concepto evolutivo, lo que quiere decir que el niño no nace con su esquema corporal definido, deberá elaborarlo a lo largo de su vida, siempre en función del organismo y su medio, donde se hace presente. Su estructuración estará sujeta a unos periodos más sensibles o de desarrollo y a la adquisición de una aptitudes entre el nacimiento y los doce años, aproximadamente110. Es a esta edad, según Muchielli111, cuando el esquema corporal alcanza su máximo desarrollo. Desde el concepto de esquema corporal se construye la imagen mental del propio cuerpo, proceso de interiorización que se elabora a partir de sensaciones: .-Propioceptivas. Proceden de los receptores articulares, musculares, tendinosos, aponeuróticos y, en general, de aquellos presentes en el tejido conectivo y sus derivados. A partir de esta información se organiza lo que Paillard denomina el referencial postural. También los receptores laberínticos del oído interno, que permiten ubicar en todo momento el cuerpo en relación a los ejes espaciales, y, especialmente, en relación a la verticalidad. De igual modo, los receptores de la vista, en su aspecto de visión focalizada, que pone en marcha la actividad de los músculos oculares que también contribuyen a la sensibilidad propioceptiva correspondiente a la estructuración del esquema corporal.112 Tales informaciones son de concienciación optativa, por lo que es necesario realizar un esfuerzo determinado para procesarlas corticalmente,113 con el fin de que se conviertan en percepciones verdaderas.114 La puesta en marcha de la función de interiorización nos posibilita la percepción de nuestro cuerpo. El objetivo de la percepción es hacer ingresar las estructuras cognitivas en la organización del esquema corporal. Este paso, del nivel inconsciente al consciente del esquema corporal es una particularidad del ser humano, que hace que su motricidad sea específica en relación a la de los animales más evolucionados. El desarrollo de esta función específicamente humana es lo que permite al propio sujeto realizar correcciones de ciertos detalles en el transcurso de un automatismo adquirido por medio del ajuste global o método de ensayo-error.115 .-Interoceptivas. Nos ofrecen datos sobre el estado de las vísceras. .-Exteroceptivas. Actúan sobre la superficie corporal, como las táctiles y kinestésicas, facilitando información sobre los objetivos exteriores. Pero fundamentalmente, lo que más repercute en este tipo de información es la intervención del órgano de la vista, dando lugar a un análisis más minucioso en el origen de una verdadera percepción. El desarrollo de la personalidad e inteligencia, así como el conocimiento de las personas y objetos que nos rodean, tienen su punto de partida en la adecuada estructuración del esquema corporal. El neonato es inmaduro. Es independiente del entorno por lo que necesita establecer unas relaciones, para ir modificando este estado de independencia; nada bueno para su desarrollo y formación. Durante el primer año eliminará las conductas superfluas (reflejos arcaicos). Sobre el año y medio, iniciado el estadio del espejo, el niño comienza una sucesión de identificaciones que le permitirán reconstruir el sujeto. Distinguiéndose del resto de los objetos que se presentan en el mundo y sobre él, desde ahí ensayará técnicas de dominio.116 Pero para que el niño se inicie definitivamente en la construcción de su personalidad y de su “yo”, es necesario una interrelación con el medio, los objetos y los demás, que solamente se hará realidad pasados los tres años de edad. Por tanto, la construcción correcta del esquema corporal se realiza de una forma permutable y permanente. Es decir, toda nueva referencia de movimiento lo es, por un lado, a la imagen estática y, por otro, a la imagen dinámica, y éstas, a su vez, lo son con respecto a los elementos fundamentales que las integran. A saber:117 • Control tónico. • Control postural. • Control respiratorio. • Capacidades perceptivas. • Lateralización. Una incorrecta elaboración del esquema corporal, presencializada en las diversas relaciones consigo mismo, con los otros o con las cosas, manifestaría: • Déficits motores: torpeza, lentitud, incoordinación, mala lateralización. • Déficits perceptivos: de organización espacial y estructuración espacio-temporal, coordinación visomotora. • Déficits afectivos: inseguridad, baja autoestima, insociabilidad, etc. Estos trastornos, en el plano escolar, se traducen en problemas para el aprendizaje de técnicas instrumentales (lectura, escritura y cálculo), ya sean debidos a una mala estabilización de la dominancia lateral, a una mala coordinación fina, a problemas a control y/o equilibrios, o a perturbaciones en la esfera espacio-temporal. A.-TOMA DE CONCIENCIA Y REPRESENTACIÓN. Tal como afirma B.J. Craty (1982), «la imagen corporal del niño incluye todas las respuestas mensurables que el niño formula en relación con las dimensiones, la forma y los componentes de su cuerpo, así como en relación con las capacidades para el movimiento que él advierte en su cuerpo y las interacciones de éste con el ambiente». Es por tanto esa toma de conciencia (significado cognitivo) de los diversos componentes del cuerpo y de sus estados y posibilidades de acción, lo que denominamos Imagen Corporal. La imagen corporal no es, por tanto, el esquema corporal.118 A.1.-Evolución de la imagen corporal. Durante los dos primeros años la realidad interior y exterior del niño están confundidas. Le Boulch, inspirándose en Wallon, Ajuriaguerra y Munchielli denomina a este período «cuerpo vivido» y puede durar hasta los tres años. En él, el niño delimita su «propio cuerpo» del mundo de los objetos mediante la acción y la adquisición de las praxias.119 La acción sobre el entorno crea la consciencia de los diferentes componentes o partes del cuerpo (brazos, piernas, manos, etc.), delimitando así el cuerpo del mundo circundante. El niño siente el dolor pero no lo relaciona topográficamente debido a que no es capaz de percibir el esquema corporal en su totalidad.120 El comportamiento, en estas edades, se exterioriza globalmente por medio de fuertes repercusiones emocionales mal controladas. Hacia los tres años, el niño es capaz de conquistar el esqueleto de su «yo» a través de la relación con los adultos y su experiencia integral con el entorno.121 Hacia los tres o cuatro años, el niño empieza a incluir el tronco en los dibujos, identificando parte de la mano, así como otras partes del cuerpo no reconocidas antes (rodillas, codos y a veces hombros). A esta edad prevalece el elemento motor o cinestésico más que el visual o topológico. 122 De los cinco a los siete años se observa una progresiva integración y conciencia del propio cuerpo (función de interiorización donde se efectúa la toma de conciencia del esquema corporal). El niño se caracteriza por su inteligencia preoperatoria en la que la imagen corporal es esencialmente una imagen visual. Esta etapa de 3 a 7 años, llamada del «cuerpo discriminado» o de «discriminación perceptiva», se caracteriza porque de forma progresiva el esquema corporal va consiguiendo una orientación, al tiempo que se afirma una lateralidad. Hacia el final de esta etapa, el niño puede dirigir su atención, tanto sobre la totalidad de su cuerpo como sobre cada uno de los segmentos que lo componen.123 Labor de la educación física será desarrollar esta función de interiorización a través de actividades globales que permitan ese paso del «cuerpo vivido-discriminado» al «cuerpo representado», situado en el espacio y en el tiempo, con lo que estamos configurando una verdadera imagen corporal (estructura cognitiva) a partir de la cual, y en relación al mundo de los demás y de los objetos, se configura la estructuración espacio-temporal.124 A partir de los siete años esa imagen corporal, hasta ahora referida desde un cuerpo estático, evoluciona, pasando a ser referenciada funcionalmente, lo que hace de ese primer mapa topográfico (espacial) una referencia topológica temporalizada (esquema de acción)125. Dicho de otra manera; transforma el pensamiento preoperacional en «concreto» (operaciones concretas de Piaget), con lo que el niño evoluciona en las funciones cognitivas. Progresivamente traslada la orientación desde sí mismo hacia los demás y las cosas.126 Sin embargo para alcanzar esta etapa de forma equilibrada son necesarias una serie de condiciones difíciles de encontrar en el actual sistema educativo:127 a).-Una experiencia suficiente variada de «cuerpo vivido», en un clima emocional adecuado. b).-Posibilidad de interiorización y dominio de las reacciones primitivas. c).-Un buen esquema de actitud que corresponde al estadio de la «imagen del cuerpo» de carácter estático. d).-Posibilidad de integrar conjuntamente las informaciones Propioceptivas y Exteroceptivas, según una sucesión temporal interiorizada y hecha consciente (percepción temporal). La maduración de este desarrollo morfológico se genera por dos leyes psicofisiológicas: • Ley cefalocaudal: el desarrollo se extiende a través del cuerpo, desde la cabeza a los pies. Los progresos en las estructuras y en las funciones empiezan en la región de la cabeza para después extenderse por el tronco y finalizar en las piernas. • Ley proximodistal: el desarrollo procede de dentro a fuera a partir del eje central del cuerpo, designándose a la columna vertebral como eje corporal, recordando que nos referimos a algo muy complejo que reúne en sí mismo varios sistemas: 1º.-Un sistema nervioso central, constituido por la médula espinal, limitado a derecha e izquierda por las dos cadenas del sistema neurosimpático vegetativo. 2º.-Un sistema óseo constituido por las vértebras. 3º.-Un sistema muscular que se inserta en la columna y que está regido por el sistema nervioso central. GRÁFICO DE JIMÉNEZ ORTEGA Y JIMÉNEZ DE LA CALLE A.2.-Educación del esquema corporal. La planificación educativa, especialmente en las etapas comprendidas entre los tres y los doce años, ha de tener como objeto general y como contenido de su acción el desarrollo y formación del esquema corporal128. Éste ha de ser una propuesta integrada desde el mayor número de puntos de vista de la acción educativa, no sólo de la educación física. Le Boulch129 propone el siguiente programa educativo: 1º.-Afirmación de la lateralización y orientación del «esquema corporal». 2º.-Toma de conciencia de las distintas partes del cuerpo con miras a una actitud global fácil de mantener: Para esta conciencia se recurrirá a la asociación de sensaciones cinestésicas y sensaciones táctiles: .-sensaciones de presión. .-sensaciones visuales. .-sensaciones de tensión muscular. 3º.-Toma de conciencia del carácter global de las posiciones sentada, de pie y de rodillas, asociadas con diferentes desplazamientos segmentarios (miembros, distintas partes del eje corporal). 4º.-Liberación de los miembros, control de las cinturas asociadas a la relajación segmentaria y a la respiración. Estos ejercicios se ejercitarán en posición acostada. 5º.-Educación de la actitud de descanso “natural”, verdadero punto culminante de la estructuración del «esquema corporal», seguida de ejercicios de equilibrio con interiorización. Según Vayer130 , la educación del esquema comprende los siguientes estadios: 1º.-Diálogo tónico (relación global). Jugando con sus brazos y piernas es como el niño aprende a conocerlos, diferenciarlos y coordinar progresivamente su acción. Se describen tres etapas sin tener en cuenta correspondencia de edad: 1ª.-Descubrimiento de sí. En el transcurso de esta primera etapa los objetivos de la educación se pueden dividir como sigue: -Conciencia de la decontracción por la utilización de los contrastes. -Conciencia de las diversas partes del cuerpo y de sus límites, por localización de las sensaciones. -Expresión por parte del niño de los descubrimientos, sensaciones, etc. -Utilización del vocabulario y de las imágenes, etc. Por medio de: -Movimiento e inmovilidad. -Apretar-soltar. -Estiramiento-relajación. -Tensión generalizada-relajación. -Relajación segmentaria asociada a la respiración. 2ª.-Conciencia de sí. Objetivos de la acción educativa: -Toma de conciencia de las nociones de peso y de contactos con el suelo. -Intervención de otros procedimientos y, por lo tanto, de otras sensaciones: acentuación de los apoyos, sensación de caída, peso de los segmentos corporales. -Nuevos descubrimientos que continúan siempre expresados por el niño, pero que asimismo pueden ser representados (dibujados). Es interesante en todas las situaciones, volver a la vivencia anterior, es decir, a las referencias precedentes (relajación de los diferentes segmentos). Por medio de: -Actuación de los apoyos en el suelo. -Sensación de caída. -Peso de los segmentos corporales. -Contactos con el suelo. 3ª.-Control de sí. Objetivos de la acción educativa: -El niño es capaz de la relación global y segmentaria y asimismo capaz de sentir y precisar (guiado por el profesor) los efectos de ella en una u otra parte de su propio cuerpo. -Desde esta realidad, posibilitar la decontracción e interiorización de las sensaciones con el fin de que el niño pueda, cada vez, conocerse mejor. -Posibilidades económicas (mínimo esfuerzo) para: realizar gestos, presión del cuerpo en el suelo y tensiones, etc., luego a la simetría corporal, a la reducción y equilibración de las tensiones, es decir, a la equilibración psicotónica. Por medio de: -Noción de esfuerzo mínimo. -Noción de superficie del cuerpo en el suelo y de extensión de las superficies. -Noción de presión en el suelo. -Noción de tensión y de simetría corporal. 2º.-El juego corporal (relajación segmentaria). Se describen tres etapas en función de las posibilidades del niño y no en función de unas edades precisas: 1ª.-Descubrimiento e independencia de los segmentos corporales. Objetivos de la acción educativa -Independencia brazos-tronco e independencia piernas-tronco. -Independencia brazos-piernas. -Conocimiento y posterior dominio de la derecha y de la izquierda a través de la independencia segmentaria. Por medio de: -Gestos conducidos. -Palmadas en el suelo. -Lanzamiento de brazos y piernas. -Relajamientos segmentarios. -Asociación de gestos conducidos y sueltos. -Relajación y coordinación de las acciones. Estas diversas situaciones de ejercicios se asocian a la respiración, llevando a cabo la caída de los segmentos durante la respiración. 2ª.-Conciencia de los elementos corporales y sus posibilidades de acción. Objetivos en la acción educativa: -Inspiración: elevación de los brazos, de las piernas. -Retención: mantenimiento de los segmentos (interiorización del gesto a realizar). -Espiración: relajación segmentaria. Por medio de: -Automatización de las nociones de derecha e izquierda. -Relajación y coordinación de las acciones. -Relajación segmentaria codificada. 3º.-Control de los elementos corporales y sus acciones. El niño ya es capaz de relajarse de forma global y segmentaria. La acción educativa pretende, por un lado, que el niño domine las acciones segmentarias diferenciadas y, por el otro, las tensiones músculo-ligamentosas y de restablecimiento de la simetría corporal. La presencia del educador se irá haciendo cada vez más discreta, toda vez que uno de los objetivos de la verdadera educación es hacer al niño cada vez más autónomo. Por medio de: -Independencia segmentaria y coordinación de las acciones. -Independencia funcional. -Asociación relajación global y relajación segmentaria. Control de la pelvis y relajación segmentaria. 3º.-Equilibrio corporal. El equilibrio corporal es un aspecto de la educación del esquema corporal, ya que condiciona las condiciones del sujeto frente al mundo exterior. La educación utiliza las aportaciones del diálogo tónico y del juego corporal de la forma más global posible. Constituirá la relación de unión entre la conciencia del cuerpo propio y la acción. Definición de la acción educativa: -Diálogo tónico y juego corporal: Desacondicionamiento y conciencia del propio cuerpo. -Educación del esquema de actitud: Consciencia de posturas equilibradas y económicas. -Educación de las sensaciones Propioceptivas: Puesta en juego de los reflejos de equilibración. -Desplazamientos en equilibrio: Transferencia y educación (esquema de actitud, reflejos de equilibración) en situaciones dinámicas. Medios educativos: La educación del equilibrio corporal está condicionada desde los hábitos posturales equilibrados y estables, tanto en posición de sentado como de pie o en movimiento. Presentan tres aspectos diferenciados: -Educación del esquema de actitud. Bajo los principios de: atención interiorizada (ojos cerrados); consciencia de los elementos corporales; mínimo esfuerzo para la realización de los ejercicios. -Educación de las sensaciones propioceptivas. Desde la necesidad de análisis en el esquema de actitud, a la obligatoriedad de globalidad en la interioridad de cada vivencia. Es necesario que el niño encuentre los resortes necesarios para dominar las deferentes situaciones: la necesidad de posar los pies planos, de separarlos ligeramente, de mantener el cuerpo suelto, de sentir el peso del cuerpo sobre los apoyos y de corregir los desequilibrios por la extensión de la cabeza. -Desplazamientos en equilibrio. Desde lo que significa una situación global (desplazamiento) para el niño (gran motivación). Será de importancia marcada: -La utilización del material y su desplazamiento: saquitos de arena, tacos puestos de plano, bloques, tacos puesto de canto, banco sueco volteado. -La disposición de esos mismos objetos: colocación, separación sobre el banco… 1º.-Descubrimiento y control del equilibrio corporal. La acción educativa requiere, en especial, situaciones globales. A través del diálogo niño-objeto, el niño descubrirá la necesidad de controlar su YO para dominar las situaciones propuestas. Por medio de: -Educación del esquema de actitud: -Extensión de la cabeza. -Mantenimiento de la espalda e independencia de los brazos. -Entrada en confianza del niño ante las situaciones del equilibrio: -Educación de la caída. -Ayudas a aportar. -Educación de los reflejos de equilibración: -Reacciones a la caída. -Con sacos de arena, bloques, tacos. -Tablillas sobre la cabeza. -Desplazamiento en equilibrio. 2º.-Conciencia del equilibrio corporal. Una vez que el niño tiene conciencia de los diferentes elementos corporales y es capaz de interiorizar las sensaciones, es necesario que el niño analice las posturas habituales, de forma que se conduzca hacia un equilibrio postural económico (lo que implica el mínimo esfuerzo). Por medio de: -Educación del esquema de actitud: -Control postural. -Liberación del miembro superior. -Educación de los reflejos de equilibración: -Reacciones a la caída. -Tablillas en equilibrio sobre la cabeza. -Desplazamientos en equilibrio: -Bloques y luego tacos puestos de canto. -Banco volteado (habituación a la altura). 3º.-Dominio al equilibrio corporal. Gracias a las capacidades de interiorización, de percepción y del control del propio cuerpo, el niño es capaz de transponer y controlar el mantenimiento de la postura, lo que le posibilita como autónomo. Por medio de: -Educación del esquema de actitud: -Control postural. -Liberación del miembro superior. -Control postural en las situaciones dinámicas. -Educación de los reflejos de equilibración: -Reacciones a la caída. -Tablillas en equilibrio sobre la cabeza. -Desplazamientos en equilibrio. -Equilibrios sobre una pierna. 4º.-Control de la respiración. Aparte del concurso completo de la atención, el control de la respiración requiere: -Que todas las situaciones motrices vayan precedidas de tiempos de reposo o de decontracción global. -Eliminar en los ejercicios específicos los elementos corporales para que el niño no se distraiga. Vayer da mayor importancia a la espiración que a la inspiración. Dice Vayer, que la espiración permite la eliminación de los detritus (CO2) cuyo nivel en sangre es el excitante del centro respiratorio bulbar. Es importante que el niño sea capaz de soplar durante largo rato por la boca, para poder después inspirar vivamente por la nariz y aprender a sonarse. Solamente después de estas acciones se podrá verdaderamente empezar la verdadera educación de la respiración, es decir, la respiración nasal. A través de los ejercicios propios, muy parecidos a los empleados para obtener la conciencia y el control de los elementos corporales, el niño irá descubriendo los diferentes aspectos de la respiración, tales como el juego torácico y diafragmático. Paulatinamente irá siendo capaz de retener su respiración, de asociar retención de la respiración y dominio de la espiración, que es otro aspecto del dominio del YO. 1ª.-Aprender a sonarse. Es importante empezar la educación de la respiración con situaciones simples, que permitan materializar la espiración. A través de: -Control de la respiración bucal: -Sin material. -Consciencia de espiración nasal: -Sin material. -Con material: frasco adecuado para espiroscopia. 2º.-Control de la espiración nasal. Una vez que el niño diferencia los dos tiempos respiratorios, domina su espiración bucal y sabe sonarse correctamente, se le informará sobre: -La utilidad y el porqué de todo su cuerpo. -La diferencia de temperatura del aire inspirado y del espirado. -La toma de conciencia de respirar con el pecho y con el vientre. A través de: -Espiración nasal controlada: -Sin material. -Con el frasco o vaso. -Consciencia de la respiración abdominal. 3º.- Del control al dominio de la respiración. Una vez que los procesos metodológicos de las vibraciones y burbujas, para el dominio de la respiración, han cumplido su función son suprimidos. La acción educativa se continuará utilizando las posiciones de decúbito favorables a la atención interiorizada, utilizando asimismo, las posturas sedentes y de pie asociadas al mínimo esfuerzo y al equilibrio postural económico. A través de: -Control de la respiración nasal ritmada. -Control de la respiración en posición sedente. -Respiración y movimiento. A.3.-Afirmación de la lateralidad. La lateralidad, siguiendo a Rigal, Peroletti y Portmann puede definirse como «el conjunto de predominancias particulares de una u otra de las diferentes partes simétricas del cuerpo a nivel de las manos, pies, ojos y oídos».132 El proceso de lateralización tiene un doble componente: genético y ambiental. La información genética que constituye el genoma del individuo, encierra la información necesaria para determinar una tendencia lateral clara en el ser humano. Pero la vida, la educación y la experimentación pueden acompañar u oponerse a este proceso. Es muy importante la afirmación de la lateralidad antes de iniciarse en el mundo de las habilidades. Aproximadamente, hacia los cuatro años, es cuando el niño empieza a definir su lateralidad.133 Le Boulch134, diferencia entre: -Diestro integral, plenamente lateralizado. -Zurdo integral, plenamente lateralizado. -Lateralidad indefinida. -Diestro con retraso de la lateralidad. -Zurdo con algunas actividades y diestro para otras. -Zurdería contrariada que aprende a escribir con la mano derecha. En el proceso de lateralización destacamos la importancia que tiene el componente perceptivo por encima del motor. Desde el punto de vista cognitivo de lenguaje y aprendizaje, juegan un papel predominante los patrones de organización espacio-temporal. La correcta lateralización de la vista y del oído tendrán un papel trascendental en el manejo de sistemas de códigos, teniendo gran importancia la organización sensorial en las funciones de codificación y decodificación cerebral y de organización de la información.135 También entendemos la lateralidad como «la habilidad para integrar el contacto sensomotor del cuerpo con el ambiente a través del dominio homolateral de mano, ojo, oído y pie».136 Este predominio puede variar de intensidad y ser diferente entre estos miembros y órganos, originándose las siguientes modalidades: -Destralidad. Predominio de mano, ojo, pie y oído derechos. -Zurdería. Predominio de mano, ojo, pie y oído izquierdos. -Zurdería contrariada. Su dominancia primaria zurda (sobre todo la mano) posteriormente, y por diferentes motivos, pasa a ser diestra. -Ambidextrismo. No existe una manifiesta dominancia manual (suele darse filogenéticamente en los inicios de la adquisición del proceso de lateralización). -Lateralidad cruzada o mixta. Dominancia de la mano derecha y pie izquierdo, o mano derecha y ojo izquierdo o viceversa. Lo más común es que predomine el ojo izquierdo. La lateralidad es una forma de medir y entender el mundo que nos rodea, de manera que ser diestro o ser zurdo significa entender el espacio y el tiempo en simetría total a partir del eje medio.137 Son varios tipos de lateralidad: -Homogénea afirmada: Se manifiesta si coincide el dominio de mano, pie, ojo y oído de un mismo lado del cuerpo, ya sea el derecho (diestros), o el izquierdo (zurdos). -Cruzada: Se evidencia cuando la mano, pie, vista y oído predominante no corresponden al mismo lado. -Ambidextrismo: Cuando no existe una manifiesta dominancia. Es el peor de los casos, ya que todas las actividades exigen una lateralidad definida. -Contrariada: Supone el uso preferente de la mano derecha en niños zurdos. La lateralidad funcional no coincide con la neurología. La lateralidad bien definida proporciona al niño la vivencia profunda de la orientación lateral del propio cuerpo. Influye también de forma decisiva en todos los aprendizajes que se refieren a la lecto-escritura, ya que supone una orientación de izquierda a derecha en un espacio concreto. Aunque el empleo unilateral o de una mano se advierte ya en el séptimo mes de desarrollo, para Craty la concienciación cognitiva de las orientaciones izquierda y derecha no se alcanzan antes de los 6-7 años; si bien, el proceso de preferencia lateral (sobre todo de mano) se afirma hacia los 4 años. Spionek138 llega a establecer las siguientes fases en la evolución de esas percepciones del cuerpo: -Etapa I (nacimiento-3 años y medio). El niño no puede distinguir entre los dos lados de su cuerpo. -Etapa II (4-5 años). Conciencia de que las extremidades se encuentran a los lados del cuerpo, pero no de su ubicación derecha-izquierda. -Etapa III (6-7 años). El niño advierte que los órganos y miembros izquierdos y derechos se encuentran en lados opuestos de su cuerpo, pero no sabe que esas partes son las derechas y las izquierdas. -Etapa IV (8-9 años). Conciencia plena de las partes laterales del cuerpo. Independientemente de esto, los niños normales de 7 años son capaces de identificar correctamente las partes y lados izquierdo y derecho de su cuerpo. A.4.-La función del equilibrio. La adquisición y dominio del equilibrio ocupan una parte importante en la actividad del niño a lo largo de su desarrollo psicomotor. Podemos definir el equilibrio como «la capacidad que tiene el individuo de mantener estable el centro de gravedad del cuerpo a pesar de las influencias del medio». No es innato en el organismo humano, requiere una maduración progresiva.139 Lázaro Lázaro140 referencia, apoyado en Fonseca (1979), las diferencias desde el punto de vista anatómico entre la cuadrumanía y el bipedismo. Diferencias en las que se asienta nuestro equilibrio. Éstas son: -El centro de gravedad que en la cuadrumanía no corresponde con el eje del cuerpo. -La rigidez de la columna vertebral en los primates a diferencia de los humanos. -La rigidez y el tamaño mayor de la pelvis en la cuadrumanía que en el bipedismo. Este equilibrio radica, en la pelvis que es donde está el centro de gravead de nuestro cuerpo. (…) Pero la pelvis es como un engranaje que se une a la columna vertebral y a los huesos de las piernas. Si está suelta, la posibilidad de equilibrarse es mucho menor. Esta es la razón de prescribir trabajo abdominal cuando aparecen diversas dificultades con los músculos fijadores de la pelvis. El equilibrio se nutre, sobre todo, de la sensibilidad propioceptiva junto con las sensaciones exteroceptivas visuales. (…) La sensibilidad propioceptiva hace referencia a las informaciones suministradas por los distintos receptores sensoriales que nos anuncian las diferentes posiciones que van tomando los segmentos (agonistas-antagonistas) de la motricidad.…y que junto con las informaciones provenientes del laberinto conforman el sustrato neurológico del esquema corporal. Estos receptores propioceptivos son los siguientes (Rigal y otros, 1987): -Los husos neuromusculares. Son los órganos nerviosos del músculo y los depositarios de la actividad gamma. Conforman el tono muscular y son sensibles al estiramiento y a la contracción muscular. -Los órganos tendinosos de Golgi. Están situados en las inserciones musculares y en las zonas osteo-tendinosas y son sensibles a los estiramientos y a las contracciones musculares. -Los corpúsculos de Vater-Pacini. Están alejados en las cápsulas articulares, tendones y periostio de los huesos. Son estimulados por presiones, en particular las de las articulaciones. -Los receptores vestibulares. Se encuentran situados en el oído interno excavado en ambos huesos temporales del cráneo. Este oído interno tiene partes auditivas y no auditivas. Las auditivas están compuestas por la cóclea y el aparato vestibular es el que se encarga de regular la postura, el equilibrio, el tono muscular y la orientación espacial. Por su parte el aparato vestibular tiene dos partes claramente diferenciadas: el vestíbulo, constituido por el sáculo y el utrículo, y los canales semicirculares. El primero sería responsable del equilibrio estático y los segundos del equilibrio dinámico. El aparato vestibular en su conjunto responde específicamente a las fuerzas gravitatorias y a los movimientos angulares acelerados y desacelerados. Las informaciones captadas por los receptores propioceptivos (cinestesia) siguen la vía de la médula espinal (motilidad refleja), tronco cerebral y centros subcorticales (motilidad involuntaria y automática) hasta llegar al córtex cerebral (movilidad voluntaria). Esto es lo que llamamos «sistema aferente», que se encarga de llevar el estímulo desde el receptor hasta los centros reguladores del sistema nervioso central. Las vías sensibles constituyen un sistema específico de proyección talámico que corresponde a impulsos aferentes, organizados topográficamente, para recibir los estímulos visuales, auditivos y somestésicos. Las vías sensitivas somestésicas forman el lemnisco medio y se conectan en el tálamo ventrolateral antes de terminar en la circunvolución postcentral de la corteza (Leukel, 1983, p. 475).141 Así pues, resumiendo, podemos decir que la regulación del equilibrio viene establecida por tres tipos de mecanismos:142 -Cinestésico. Relacionado con los propios receptores del músculo. Ayuda en la regulación del tono y percepción de la fuerza, presión, etc. -Laberíntico. Relacionado con el oído medio. Da información de nuestra posición en el espacio. .-Visual. Información recibida a través de la vista. En el equilibrio influyen varios factores:143 -La base de sustentación. A mayor base de sustentación mayor es la capacidad de mantener el equilibrio. -La altura del centro de gravedad en relación con la base de sustentación. A menor separación vertical entre el centro de gravedad y la base de sustentación, mayor capacidad de mantener el equilibrio. -La postura global de las acciones segmentarias, que al influir sobre el centro de gravedad afectan la capacidad de equilibrio. -Las fuerzas externas del sujeto, que según su intensidad, duración y punto de aplicación pueden influir sobre el equilibrio. *Un buen equilibrio es la base de la coordinación dinámica general y de la acción diferenciada de los miembros superiores, así como un elemento importante de la educación del esquema corporal. Es decir, de la motricidad. *El tono constituye la trama que sustenta la regulación postural del cuerpo, está muy ligada a las emociones, constituyendo la base de la actividad relacional de la capacidad de iniciativa y autonomía del niño. El equilibrio en el ser humano evoluciona de la siguiente manera:144 .-Hacia el primer año de edad el niño es capaz de mantenerse en pie. .-Hacia los dos años aumenta la progresivamente la posibilidad de mantenerse brevemente sobre un apoyo. .-Hacia el tercer año es capaz de mantenerse en pie, sobre un apoyo, entre tres y cuatro segundos, así como marchar sobre una línea recta pintada en el suelo. .-Hacia los cinco años, cualquiera de los equilibrios, alcanzan una gran madurez. .-Hacia los siete años se mantiene en equilibrio con los ojos cerrados. Se hace necesario hablar de dos tipos de equilibrios: .-Dinámico. Equilibrio durante el movimiento. Se trata de un tipo de equilibrio propio para cada tipo de movimiento. La búsqueda del equilibrio después de su pérdida (reequilibrio) es una constante motórica. .-Estático. Consiste en asumir una postura. A.5.-La relajación. La palabra relaxatio significa la acción y efecto de aflojar, soltar, así como liberar a un prisionero, o también descanso, reposo. Según Caelius Aurelianus (médico del siglo V después de Cristo) se llama ya relaxador al medicamento que relaja. El verbo relaxare parece haber sido muy utilizado en la antigüedad, sobre todo en un sentido fisiológico o médico.145 Según el diccionario Robert (1964) la relajación forma parte de los métodos psicosomáticos. A este propósito cita al doctor Durand de Bousingen y su definición de relajación aparecida en una obra anterior: «Los métodos de relajación son procedimientos terapéuticos bien definidos que tratan de obtener en el individuo una decontracción muscular y psíquica con la ayuda de ejercicios apropiados».146 Según el diccionario Larousse, relajación se define como «liberación de una obligación» y relajamiento, como «disminución del tono muscular voluntaria o involuntariamente». El relajamiento voluntario de tono de las masas musculares de todo el cuerpo o de una de sus partes es posible gracias al control que ejerce la corteza cerebral sobre los centros de los movimientos automáticos y del tono, situados a nivel de los núcleos grises de la base del cerebro y en el tronco cerebral.147 Aguirre y Garrote la definen como «un proceso consciente o inconsciente por medio del cual se consigue un descanso total de la mente y del cuerpo, eliminando tensiones y acumulando energía, obteniendo a la vez un tono de actividad disminuido y una desintoxicación del propio músculo, a fin de prepara el organismo para una actividad, o bien extinguir los efectos de una actividad anterior consiguiendo de esa forma un mejor bienestar y una mayor salud interior». Resulta, pues, preciso adelantar, con firmeza, que la relajación no es un “dispositivo para ablandarse”, ni para “alcanzar el Nirvana”, ni para “ser tranquilo”.148 El tratamiento pedagógico de la actividad motriz implica todo aquello que de alguna manera está relacionado con el sentimiento, el conocimiento y el dominio de nuestro cuerpo.149 Por medio de la relajación conseguimos las metas de la actividad corporal, ya que desde una situación de actividad interiorizada sentimos, exploramos, conocemos, dominamos aquello que implica la situación momentánea de nuestro cuerpo: cómo está, cómo es, cómo lo siento, cómo mi mente explora y se recrea en mí. El control psicofísico es base para el control motriz. Las respuestas de nuestro organismo, cuando son controladas, resultan más eficaces. Todo ejercicio pasa por nuestro cuerpo ocasionando cambios físicos que pueden manifestarse de diferente forma. Cuando activamos un grupo muscular, llega a nuestro centro de control un estímulo que, a su vez, provoca una respuesta que se manifiesta somáticamente: aumento de la frecuencia cardíaca, de la tensión arterial, de la frecuencia respiratoria, etc. Por el contrario, si la acción es de relajación, el estímulo que llega al cerebro es diferente y, por tanto, también lo es la respuesta. Del mismo modo que la vista es la facultad perceptora del ojo, y la audición del oído, la mente es la facultad perceptora de la inteligencia humana. (…) La mente parece ser el sentido maestro de la humanidad. Parece que su función consiste en captar información almacenada por los otros sentidos en las neuronas del cerebro, siendo capaz de imprimir y detectar información en la vida celular, en su medio y a distancia. (…) La inteligencia humana puede, mediante el deseo, sintonizar su sentido maestro a cualquier parte del cerebro, y puede llevar a la conciencia la información allí almacenada. (…) El cerebro es como un archivo; allí se ha almacenado la información desde los tiempos en que el ser humano pisó este planeta. En ese momento todavía funcionaba a un nivel primario de la vida animal. Esta información ha ido pasando de padres a hijos en muchas formas, incluyendo las vías de transmisión genética.150 La ciencia, después de estudiar el cerebro, nos dice que en estado de vigilia, las pulsiones eléctricas del cerebro están a su nivel más alto, superando los catorce ciclos por segundo. (…) Los científicos encargados de estos estudios han dividido estas pulsiones en cuatro bandas de frecuencia de menor a mayor: Delta, Theta, Alfa, Beta. Los cinco sentidos físicos: tanto, gusto, olfato, oído y especialmente la vista están asociados con el funcionamiento cerebral del nivel Beta. Aparentemente, toda la información grabada a través de nuestros sentidos físicos es archivada en algún comportamiento dentro de Beta. (…) El hombre puede aprender a proyectar su sentido maestro (mente) al nivel Alfa de la actividad cerebral y puede funcionar conscientemente desde esa perspectiva. (…) Se ha comprobado que la inteligencia humana puede voluntariamente entrar en la dimensión Alfa para obtener un funcionamiento adecuado dentro de la dimensión subjetiva. Mediante un proceso adecuado de desarrollo, el ser humano puede funcionar en al dimensión Alfa, cuando haya una necesidad y la información sea inalcanzable por medio de los cinco sentidos físicos. Una persona que mediante estos entrenamientos desarrolla la habilidad para responder, tanto en la dimensión Beta como en la Alfa, se vuelve más saludable y productiva, con mayor capacidad para resolver problemas. (…) Si la humanidad usa las dos dimensiones y los dos equipos sensoriales, puede proyectar el funcionamiento de la mente en una perspectiva superior. Desde esa perspectiva, podemos utilizar un bagaje de conocimientos mucho mayor; podemos desarrollar una mayor sabiduría y concebir una escala de valores más realista y verdadera.151 Schultz es el inventor de un método terapéutico: el training autógeno, que le impulsó a usar técnicas específicas; «El principio del método es inducir mediante diferentes ejercicios fisiológicos racionales una desconexión generalizada de la persona en cuestión, desconexión que, por analogía con las antiguas observaciones sobre la hétero-hipnosis, permite todas las realizaciones propias de los estados auténticamente subjetivos. La concepción de este método se remonta a los años 1908-1912. Fue expuesto indirectamente en la primera presentación del psicoanálisis, y en 1911, en un trabajo aislado sobre la técnica de la hipnosis, que fue reproducido en la obra de Vogt: «Tratado de terapéutica de las enfermedades mentales.»152 Schultz habla de un ciclo interior, con sus diferentes etapas: • La inducción a la tranquilidad. • Experiencia a la pesantez. • Experiencia del calor. • El ejercicio cardíaco. • El ejercicio respiratorio. • Ejercicio del calor abdominal. • Ejercicio de frío en la cabeza. También habla de un ciclo superior, recomendado para pacientes que hayan practicado el primero durante un tiempo importante (dos años). Jacobson crea el método de relajación progresiva, muy diferente tanto en su espíritu como en su técnica: «los métodos de control de la tensión, con las diversas formas de relajación progresiva y la relajación científica, tuvieron su origen en 1908 cuando comencé en la universidad de Harvard mis estudios experimentales sobre la dislocación nerviosa». (…) Este autor no usa ninguna técnica subjetiva (hipnóticas o psicoanalíticas); en esto se opone diametralmente a Schuultz. Jacobson describe su método a través de dos estadios diferenciados: *-La relajación general. *-La relajación diferencial. En la primera (relajación general), el autor describe un sistema de seis etapas, cada una de las cuales describe varios ejercicios: • Primera etapa: La decontracción del brazo. • Segunda etapa: Distensión de las piernas. • Tercera etapa: Respiración. • Cuarta etapa: La distensión de la frente. • Cinta etapa: La distensión de los ojos. • Sexta etapa: Distensión de los músculos de la esfera vocal. Jarreau define la relajación diferencial como «el mínimo de contracción muscular necesario para la ejecución de un acto, al mismo tiempo que la relajación de los músculos cuya actividad no es indispensable para la realización de ese acto». En este método de autorregulación el paciente debe aprender a hacer funcionar su organismo como aprendería a maniobrar de manera eficaz cualquier otro aparato complicado. (…) Los procedimientos parecen ser los mismos: después de una explicación de tipo didáctico, el sujeto experimenta la regulación a nivel muscular y articular, lo que le oferta una indicación rudimentaria de su gasto energético. A.6.-Organización espacial Según Piaget el espacio es una categoría del pensamiento infantil. Su estructuración está íntimamente ligada con el desarrollo del esquema corporal.153 En un principio, el niño y su entorno forman un único espacio globalizado. Con el progresivo aumento de su consciencia, por medio de la interpretación selectiva de sus percepciones, va adquiriendo la noción de su espacio interior, exterior, próximo y lejano. Para que el niño empiece a percibir el espacio es imprescindible que sea capaz de separar el YO del MUNDO que le rodea, estableciendo relaciones de proximidad y lejanía de los objetos consigo mismo y de los objetos o de las personas entre sí. (…) Según Lluçart, el niño tiene dos tipos de conocimiento del espacio: el directo, que obtiene mediante la locomoción, y el indirecto, que obtiene mediante la palabra. Con los dos dominará el propio espacio y el exterior. Para Mucchielli,154 la práctica global del movimiento hace que el niño estructure simultáneamente su esquema corporal y algo que podríamos llamar su esquema espacial.(…) Éste comprende el nivel de la experiencia vivida, que se traduce en una adecuada orientación espacio-temporal, y el nivel de la estructuración espacio-temporal que implica la posibilidad de someter los datos proporcionados por la experiencia vivida al análisis del intelecto. Las relaciones que el niño puede establecer con él y los objetos o entre los objetos mismos se clasifican en tres categorías y son de orden topológico, proyectivo o euclidiano.155 Las relaciones topológicas son las relaciones elementales existentes entre los objetos: vecindad, separación, orden, sucesión espacial. Las relaciones proyectivas se apoyan sobre las relaciones topológicas y responden a la necesidad de situar, en función de una perspectiva dada, los objetos o elementos de un mismo objeto en relación con los demás. Las relaciones métricas o euclidianas suponen la utilización de un sistema de referencia, como los ejes de coordenadas, para armonizar los objetos entre sí. Ello implica poner en juego, medidas de longitud, volumen y superficie. Hasta los ocho años, aproximadamente, no aparece el espacio representativo. Éste se construye desde el perceptivo, gracias a la experiencia vivida a través del movimiento. El espacio figurativo se presenta en los períodos evolutivos senso-motores, entre los cero y los dos años. Se basa en la vivencia motriz perceptiva inmediata que el niño posee del espacio, que es la que le permite establecer implicaciones cada vez más complejas sobre el mismo.156 La evolución de la conciencia de la estructura y organización del espacio se construye sobre una progresión, desde una localización egocéntrica a una localización objetiva. La primera tiene sentido en el período en que el niño localiza objetos en el espacio confuso con el espacio que ocupa su propio cuerpo. En la localización objetiva, el niño discrimina la independencia del espacio ocupado por su propio cuerpo y el ocupado por cada objeto. (…) Para reforzar los parámetros de espacialidad, el niño debe reconocer su propio espacio, que es el que envuelve su cuerpo durante la realización de cualquier acción; el espacio próximo, propio del área o zona por la que el niño se mueve; y el espacio lejano, que es el entorno o paisaje en que se encuentra y que alcanza con su vista. El espacio no es una realidad en sí, es una experiencia misma del hombre. La física define el espacio como «la relación que existe entre la posición de los cuerpos». La experimentación de esta relación va configurando nuestro concepto del espacio; concepto intuitivo que se forma mientras vamos descubriendo lo que nos rodea; el ámbito en el que están y viven los seres creados. (…) Pero nuestro concepto intuitivo del espacio, basado en nuestra experiencia vital es dinámico. (…) Nosotros y lo que nos rodea: otras personas seres y objetos, estamos inmersos en este ámbito. Descubrir lo que nos rodea, experimentar la relación entre los cuerpos, supone un diálogo del individuo con los demás individuos y con los objetos. 157 A.7.-Organización temporal Espacio y tiempo forman un bloque indisoluble que solamente se puede aislar por la abstracción. La noción de espacio es de más fácil comprensión por captarse de forma instantánea, en cambio, la noción de tiempo existe mediante sus manifestaciones o formas de concretarse y la descubrimos al percibir el espacio en movimiento, en cuanto que es la duración que separa dos percepciones espaciales sucesivas. (…) Dado que las personas no nos movemos en bloque, podemos descomponer un movimiento en series ordenadas de movimientos más sencillos. Así, el movimiento de cada individuo revela el grado de organización y estructuración de elementos temporales asimilados dentro de la globalidad de sus posibilidades.158 El tiempo es concebido perceptivamente desde el movimiento, tanto orgánico como funcional. El primero, a través de un espacio interno y un ritmo fisiológico, denotando una interactividad (desde valores propioceptivos e interoceptivos). El segundo, desde el espacio externo y el ritmo cronológico con un valor exteroceptivo. Esta intimidad temporal está sujeta a variaciones psicosomáticas y ambientales (sucesión en los sonidos y en los movimientos, siendo valorada en función de la rapidez o lentitud, lo que motiva la aparición del pulso como algo único y personal, infraestructura sobre la que se apoyan las relaciones rítmicas, espaciales y emocionales). El desarrollo de la perspectiva temporal está determinado por las nociones del pasado, presente y futuro. Belén Bueno, plantea unas características clave entre las que incluye :159 a).-La secuenciación temporal de dos sucesos uno en relación al otro. b).-El pasado y el futuro como categorías mutuamente exclusivas. c).-El doble significado del presente como punto de referencia y como categoría de experiencia que se puede expandir. d).-Los límites cambiantes entre pasado, presente y futuro. e).-La necesidad de descentrarse y de considerar un tiempo de referencia diferente del propio presente inmediato de uno. TIEMPO YO El espacio se organiza en dos niveles:160 a).-Percepción inmediata. Una primera percepción directa del espacio que le rodea, permite al niño situarse respecto a un objeto y apreciar las características de los desplazamientos que se produzcan: velocidad, duración, sucesión. b).-Representación metal. El punto de referencia deja de ser el niño mismo y puede ser cualquier objeto exterior. Se interioriza el desplazamiento, no hace falta que se de un movimiento, el niño es capaz de imaginárselo. En la relación temporal, según Freisse, podemos analizar dos aspectos: el cualitativo, que supone una organización, un orden en el tiempo, y el cuantitativo, que nos da idea de la duración y sucesión. El tiempo es inmaterial, sólo se puede objetivar y expresar mediante el sonido. Su percepción y organización se obtiene también a través del ritmo. Éste es una noción relacionada básicamente con estas dos cuestiones. Es una porción entre diversos sonidos, fenómenos o actos repetidos, una recurrencia o repetición en intervalos más o menos frecuentes y regulares. El ritmo es una dimensión abstracta que la persona va asimilando mediante su percepción. La primera noción rítmico-temporal que el niño adquiere es la sucesión de acontecimientos. Con la educación del ritmo, el niño adquiere y descubre su propio ritmo (ritmo interno) y el de los seres y fenómenos de su entorno (ritmo externo). Es capaz de adaptar su cuerpo a los estímulos rítmicos diversos. Comprende el lenguaje rítmico sensorial e intelectual. Expresa ritmos diferentes mediante movimientos con su cuerpo, el sonido y los objetos. Hasta los dos primeros meses no hay una percepción del tiempo. De los ocho a los doce meses se ordenan acontecimientos sucesivos. Sobre los tres años aparece el concepto de después y de mañana. Hacia los cuatro años es capaz de distinguir el ayer, hoy y mañana. Hasta los seis años no se manejan los conceptos temporales como valores independientes de la percepción temporal.161